Moni, Patri y yo nos hacemos este barranquito tan chulo, de granito, en un rincón precioso del Pirineo. Salimos desde la antigua aduana de la frontera de Bielsa con Francia y en poco más de veinte minutos estamos en un agua gélida que hace que nos esforcemos en no tocarla pues combinada con el viento exterior nos deja petrificados. Poco a poco la cosa templa y disfrutamos de un barranco corto pero muy bonito y divertido. Para acabar nos juntamos con Alberto y nos metemos un buen bocata en el hotel Revestido de Escalona (de los mejores bocatas de mi vida y un trato genial por un camarero siempre sonriente) que pone el broche de oro a una actividad con una compi a la que hacía tiempo que no veíamos ;-)
¡Por muchas veces más!
Un saludico y hasta la vista barranquistas ;-)