Hablar de Benasque es hablar de recuerdos, de familia, de amor, de paisajes maravillosos y del lugar donde Patri y yo empezamos nuestra bonita aventura. Pensar en esas montañas hace que estés un poco más cerca del cielo y del sol que te calienta. Pero hablar de Benasque en la semana de Reyes es hablar de magia y de fantasía y este año con Oier todavía más.
Dicho esto aprovechamos los días para pasear por el Hospital de Benasque, hacer algo de travesía pero sobre todo para estar en familia. Nieto, abuelos y tía disfrutando como enanos y nosotros pues viendo a un enano que gozaba y felices de verle tan bien. Ojos, abiertos, boca abierta y aunque todavía Oier no se entera de mucho y se conforma con las luces, los sonidos y el movimiento creo que han sido unas fiestas espectaculares para él y para todos los que hemos estado a su alrededor.
Un saludico y hasta la vista alpinistas ;-)