Estando en Chamonix lo que verdaderamente apetece siempre es llevarse a casa todas las experiencias vitales que te aporta una Grande Course. Los alpinistas que allí nos acercamos buscamos unas sensaciones y unas emociones que nos hacen sentir la vida en su estado más puro. No siempre están en condiciones o uno no siempre está en condiciones. A veces no hay compañero o la meteo no acompaña pero esta vez sí. Estamos motivados, fuertes, aclimatados y rodeados de grandes compañeros con los que es genial poder compartir una semana en Chamonix. La verdad que esta actividad sólo ha sido la guinda del pastel, la guinda de una semana en la que nos lo hemos pasado genial, nos hemos reido y hemos escalado cantidad de metros y además, en mi caso, he aprendido tremendamente sobre diferentes formas de entender el Alpinismo y la vida. Siempre he mirado el Dru con admiración. Visible desde Chamonix genera un respeto tremendo. Alpino, vertical y con una morfología exquisita que hace que una de las primeras moles hacia las que se te va la vista sean los Drus vigilados por l Aiguille Verte. Todavía emocionados por la buena previsión de la meteo cogemos el tren que nos sube a Montenvers y a la Mér de Glace. Aquí estamos otra vez, descendiendo las tediosas escaleras que bajan al glaciar y subiendo las que están enfrente camino de la Charpoua. Mikel y Alberto, Tato y Juanjo y Mikeltxo y yo somos las cordadas que compartimos un buen vivac bajo la cara oeste del Dru.
Hogar dulce hogar... ¡pero si estamos mejor que en Chamonix!
Nos levantamos pronto y la estrategia pasa por ir lo más rápido posible y hacer noche allí donde nos pille, retomar la actividad con las horas de luz y volver a casa el mismo día. Sabemos que el descenso es complicado pero ya habrá tiempo de pensar en él. La vía Allain Leninger es la clásica que asciende la Cara Norte del Dru. Cortada por dos neveros que mojan y congelan las fisuras de la primera mitad de vía. Nosotros nos salimos en algún momento del itinerario original y tuvimos que currarnos algunos largos guapos rollo Uffwich cpngelados donde Mikeltxo consiguió la chapa de superhéroe, ahí la quisieran algunos "guides" Fuera de bromas la vía es muy guapa y recomendable, variable en condiciones y con menos equipamiento del que imaginábamos y marcaba la reseña que llevábamos. Una Grande Course imprescindible.
Aiguille de Chardonet
Cuando acabamos la vía surgen las dudas con la bajada. ¿Subir al petit Dru, bajar a la brecha, subir al Gran Dru y bajar por la canal de la Charpoua o seguir el sistema de viras y rápeles diagonales que nos indica Piola y confirma Iratz? Quedan dos horas y media de luz y optamos por unas viras y canales siempre con tendencia al Este y que desembocan en la parte superios del glaciar de la Charpoua. Al final el descenso del Dru resultará ser otra Grande Course. Vemos como atrdece en el macizo del Mont Blanc y es precioso ver teñirse de rojo a las Grandes Jorasses, el Dent du Géant, les Flammes de Pierre, el Mont Blanc y sus cuatromiles, la Mér de glaçe... Todo un espectáculo que se acaba con el oscuro y con un vivac en una repisa cien metros encima de les Flammes de Pierre.
Dormimos más o menos bien con los pies al vacío. Hidratamos, cenamos, descansamos y seguimos disfrutando de un vivac bajo las estrellas y es que cuando un vivac está más o menos previsto es una experiencia hipergratificante y más en la compañía de un grande como Mikeltxo con el que no faltan chistes y bromas...
Bien por la mañana despertamos con las primeras luces y volvemos al trabajo rutinario de montar rápel-desmontar rápel. Mikeltxo disfruta como un enano buscando y montando rápeles mientras Tato, Juanjo y yo hacemos los trabajos de recuperación y desmonte. Poco a poco descendemos los mil metros hasta el glaciar de la Charpoua con alguna grieta interesante y en el que interesa llevar grampones aunque la nieve esté húmeda...
Al llegar al Refugio de la Charpoua nos relajamos y descansamos un poco. Hablamos con el guarda, de Perpignan, que se enrolla y nos invita a un plato de Jamón de Bellota, sí sí, de Bellota guacaaaaaaa que buen final de la actividad. Hablando con él nos informa de que la bajada que hemos hecho es peligrosa debido a desprendimientos de las pentes de nieve superiores. Nos dimos cuenta pero fuimos rápido y a primera hora. Mejor no dormirse ni bajar por ahí tarde. Con buen tiempo y con tiempo creo que la opción más seguro para el descenso aunque también más larga será pasar por la cima del Gran Dru, tirarse por la arista Este del mismo, descender al collado Este del Gran Dru visible en la parte superior derecha de la foto inferior. Habiendo matado un poco el hambre y la sed seguimos el camino de la Charpoua hasta el glaciar, subimos de nuevo la escaleras a Montenvers y ponemos rumbo a casa que un largo viaje de vuelta nos espera... ¡Gran actividad con Gran compañía!
Un saludico y hasta la vista alpinistas