Dormimos en el Balneario de Panticosa. Una buena predicción hace que nos frotemos las manos pensando en una ascensión cómoda, bonita, relajada. Pensamos en lo rico que nos va a saber el bocadillo cimero y con alegría ganamos metros y metros de desnivel a un buen ritmo. Poco a poco van entrando nubes pero todo parece aguantar y seguimos con el camino. Más allá del collado conocemos a Alfonso, paisano de Tramacastilla que cuenta con 932 ascensiones al Garmo ¡eso es amor! Ya en la cima empieza la tempestad y nos quedamos sin el bocata cimero ¡cagüen sos! En la bajada volverá a despejar y con un Garmo en el bolsillo tenemos otra para contar en compañía de Patixu ;-)))
Los Infiernos
Un saludico y hasta la vista alpinistas...
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