Después de juntarnos una buena cuadrilla en el refugio de Riglos el sábado por la mañana repartimos las coradadas. Andoni, Miguel y yo compartiremos cuerda en un sitio del que no me voy a cansar nunca. La verticalidad, los colores en constante contraste con el entorno, los buitres que vigilan... Riglos es un paraiso, unos de los rincones con más encanto y un laboratorio en el que no se acaban los deberes. Esto unido al mogollón de gente que hemos estado este fin de semana ha hecho que lo hayamos pasado más que bien. Buenas escaladas más nuevos conocidos más una buena convivencia igual a éxito rotundo...
Andoni no había subido nunca al Puro y a Miguel y a mi nos faltaba su cara norte en la que está una de las famosas Rabadá Navarro. Ninguno de los dos la habíamos escalado así que para allí que fuimos. La vía es una minijoya. Corta pero bonita y con un toque romántico que obliga a visitarla. Actualmente la vía es segura y está reequipada pero conviene ir algo rodado en la escalada sobre este conglomerado ya que en ocasiones los seguros pueden hacernos pensar...
Al final comenzó una leve lluvia de la que casi ni nos enteramos (no como los de la Murciana) y pudimos disfrutar así de otra de las buenas vías de la famosa cordada aragonesa con un nuevo compañero...
Un saludico y hasta la vista alpinistas...
3 comentarios:
¡Muy bien alpinista!!!! qué ganas tengo de hacer esta vía!!!!
Un beso y una sonrisa!
Otra joyica de estos dos elementos ;-))) Una GRAN CLÁSICA jjjj
Un besico y hasta la vista alpinista
deberes deberes!!!
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