Ya teníamos ganas de ver el famoso descenso de las Nabatas desde Laspuña hasta Ainsa que rememora la antigua labor de bajar la madera por el propio río a tierras bajas en unas embarcaciones que eran la propia madera. Una fiesta popular en la cuenca del Cinca que resulta impresionante de ver . Una tradición que no se debería perder para entender la dureza de la vida en territorios pirenáicos en épocas no tan lejanas.
Otra barbarie está sucediendo en el Sobrarbe y es que parece que no aprendemos. La CHE tiene en jaque a una familia que ha recuperado una casa en la Selba y que quieren desalojar. Todo el territorio se ha volcado para dar todo el apoyo del mundo. La noticia aquí en el Heraldo. Solo puedo decir que debemos fomentar pueblos vivos y no al revés.
En definitiva un día impresionante en familia con la guinda en Casa Ambrosio en Oncins al ladico del Monastreio de San Beturián.
Un saludico y hasta la vista alpinistas ;-)
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