Todas las veces que he ido a Valdegobía he pasado y alguna incluso parado en Salinas de Añana. Esas construcciones precarias, de madera, envejecidas y abandonadas llamaban poderosamente mi atención. Sabía que había sido una antigua explotación en la que se obtenía sal pero continuaba el camino con mi ignorancia hacia Valparaiso. Esta vez ha sido diferente y Patri y yo nos dignamos a parar y visitar de una vez la explotación. En una visita guiada nos explican el porque de la sal en un Valle montañoso como este. La respuesta un diapiro y una serie de torrentes que al pasar por el diapiro llegan a cargarse con más de tres veces la salinidad del Mediterraneo dándo lugar, tras un proceso artesanal basado en la evaporación, a una sla de exquisita calidad, delicatesen para buenas comidas. Sinceramente la visita merece la pena y si después la acompañamos con un pintxopote pues tanto mejor...
Iglesia de Salinas de Añana
Parte del complejo
Piscinas de evaporación
Canal que transporta la salmuera
Depósitos
Después de un bocata y un par de crianzas y otro par de cafés continuamos dirección a Valdegobía con la intención de escalar a tope. El tiempo negruzco va mejorando poco a poco y acabaremos sin ver una gota de lluvia yuhuuuuuuuu Viene Ainara y nos movemos de la pradera a Kaparrak y de Kaparrak a la pradera y entre ida y venida varias kaparrak se nos enganchan. Nunca había visto Valdegobía tan tranquilo, sólo cuatro grupos y de los tres que no somos nosotros uno es Dani de Graná (menudo bicho) y Diego y Raquel de Gama ¡menuda coincidencia! Pretamos bien agusto y se nos pasa la hora sin darnos cuenta llegando a Gasteiz tarde pero contentos y cansados...
En definitiva otro fin de semana de aprendizajes, pretaduras y con la mejor de las compañías...
Un saludico y hasta la vista alpinistas ;-)
No hay comentarios:
Publicar un comentario