Toca la hora de recoger los bártulos y esperar destino. ¿Adiós? Esperemos que no y que sea un hasta luego. De momento nos quedaremos con las gentes del Jiloca que nos han tratado de maravilla y con unos paisajes que hemos podido conocer gracias a la bicicleta y a unos paseos bonitos que nos hemos dado con Patri y con Oier. Sorprendente lo bonita que se puso la llanada de Calamocha, el pantano de Lechago y la ribera del Jiloca en primavera. Un lujo para los sentidos.
Pantano de Lechago
Ribera del Jiloca
Puente romano de Luco
Llanada de Calamocha
Conseguido el objetivo de un Peñón del soldado al mes. Al final me llevo una docena de Peñones en el bolsillo. Espero seguir acumulando cimas de una montaña que me resulta muy atractiva ;-)
¡Un saludico y hasta la vista ciclistas!
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