El lunes aprovechando un día de fiesta Patri y yo nos acercamos a un lugar mágico del Maestrazgo turolense. El nacimiento del río Pitarque es uno de esos sitios que no dejan indiferente a nadie. Solitario, con encanto, variado y con un aire tan puro que purifica. Aguas cristalinas en un río precioso que nos dejó acceder hasta su nacimiento pues hay veces que un gran chorro corta el paso haciendo la visita imposible, así que tuvimos suerte de poder ver el origen de algo tan bonito. Sin lugar a dudas una excursión disfrutona en la mejor de las compañías ;-)