Benabarre ¡Aprendiendo a andar!

Ayer los astros debían de estar alineados de la forma que debieran estar siempre. Amanece nublado en Zaragoza y nos juntamos Junior, Tono, Ignacio y yo para ir a Benabarre. Cuando nos juntamos falta una cuerda así que volvemos para casa. ¡Buen comienzo! El viaje con Tono como conductor pasa rápidamente mientras hablamos de todo un poco y al llegar al Molino de Benabarre el día no puede ser mejor. Despejado, sol y una temperatura que para nada resulta agobiante.

Dos generaciones de Montañeros de las cuatro que formábamos esta expedición.

El otro día en Morata era el primer día que me subía por la roca y las sensaciones fueron estupendas y aunque con sensación de pesadez en el hombro pues pude completar algunas vías. Benabarre tira más para atrás que Morata así que venía con mentalidad conservadora y de precaución. Calentamos bien y de repente surgió la magia de la escalada. Los movimientos nos salían a todos sin tensiones (Benabarre ayuda) y acabamos disfrutando de un día buenísimo en el que Tono triunfo como la coca-cola.

¡¡¡Bailando la jota!!!

Cuando acabamos de escalar acudimos a la maravillosa Chocolatería Brescós a celebrar el día y allí llegaron noticias de la otra expedición de Montañeros que estaba en Rodellar y es que el Agüelo había alcanzado algo que hace un año ni se imaginába. Nuestro Iñaki alcazaba la séptima dimensión así que la celebración del día todavía fuu mejor sabiendo que nuestro amigo estaría gozando de placer y de satisfacción en forma de orgasmo vertical...

En definitiva uno de los muchos días que todavía están por llegar...

¡¡Un saludico y hasta la vista alpinistas!!