Ni es la primera, ni será la última vez que hable de Morata y es que esta escuela zaragozana da juego para rato. En un principio no iba a escalar pero al final sonó el teléfono y la maquinaria se puso en marcha. Entre tonos otoñales, calor bochornoso y con miedo de que nos lloviera Dani, David y yo nos marcamos una sesión de entrenamiento en una aguja negra en ocasiones húmeda y patinosa... Cuando fuimos a por las bravas el bar estaba cerrado y directos de vuelta a Zaragoza... Para la siguiente, que como dice Dani "las buenas tradiciones no hay que perder"...
Un saludo y hasta la vista alpinistas
Efectivamente...las bravas de Morata...Un "must" de la zona...
ResponderEliminarmuxus alpinista
La verdad es que escalar en Morata y no comer después unas bravas se hace un poco raro... ¡Con lo buenísimas que están! jejejejeje Habrá que volver y comer una doble o más para recuperar el "día perdido" ajjajajjajaja
ResponderEliminarUn besico y hasta la vista alpinistaaaa