PÁGINAS

miércoles, 30 de julio de 2014

Aspe ¡Atardece Bisaurín y amanecen el Midi y los Infiernos!

Seguimos en nuestro campo base de la Jacetania y Cris tiene pensado subir por aquí. Quedamos con ella para cenar y charlar pero al día siguiente los planes son distintos. Ella hará una excursión en el día y nosotros volveremos a subir a dormir a una cima, en este caso la del Aspe. Se nos pasa el tiempo volando entre charradicas y risas pero llega la hora de dormir. 
Al día siguiente esperamos para subir y no llegar excesivamente pronto a la cima. Hacemos la mochila con calma e intentando no olvidar ninguna comodidad para que ni el frío, ni la lluvia, ni la sed, ni el hambre nos amarguen los placeres de una de las actividades más bonitas y que más me gustan desde que hace unos cuantos años durmiera en la cima del Aneto con mi padre. Después han llovido otras cuantas pero las que mejor sabor de boca me dejan son  las que hago acompañado de Patri y es que estar en las cimas con ella es otra historia bien diferente a cuando es en solitario o con algún amigo maloliente. Desde que hiciera con Jorge Duerto la Edil le guardo un cariño super especial a esta montaña. Después he subido por varios sitios y todos ellos me han parecido chulos, divertidos e interesantes. Una montaña guapa en invierno y en verano con un lapiaz de caliza de unas dimensiones brutales por su cara sur. El Aspe tiene algo y es que hasta el nombre invita a subirlo con esa A mayúscula en forma de montaña puntiaguda. La subida que hicimos desde Aisa es de plena cara Sur por lo que en estas fechas interesa llevar una cantidad suficiente de agua aunque a día de hoy todavía quedan neveros superiores y cercanos a la cima que sirven de fuente de fortuna. 
Trilogía de izquierda a derecha (Llena del Bozo, Llena de la Garganta y Aspe)
Impresionante el Lapiaz que interrumpe el ascenso al Aspe
Neveros buenos que nos dejarán coger agua cerca de la cima
Cuando estábamos llegando a la cima empezaron a saltar cantidad de nubes provenientes de Francia y que cubrieron absolutamente todo y nos envolvieron en un manto húmedo y desagradable. Sin embargo tuvimos suerte y justo en el momento preciso Eolo quiso despejar la zona y dejarnos disfrutar de un precioso atardecer sobre el Bisaurín con un magnífico mar de nubes. La noche no pudo ser mejor. Limpia y estrellada a más no poder hasta que llego la hora del Alba sobre el Midi y los Infiernos. De nuevo otro regalo de la Natura que guardaremos para siempre con un cariño especial. 
Al final tenemos nuestro premio
Impresionante y maravilloso atardecer sobre el Bisaurín
Midi desde otra perspectiva
Amanece entre el Midi y los Infiernos
Cuando toca recogemos nuestro vivac y empezamos una bajada lenta y calurosa en la que la perrica no sabía ni dónde buscar una sombra. Menos mal que al llegar abajo la pocica que habíamos fichado en la subida estaba vacía y pudimos disfrutar de unos baños deliciosos en un lugar idílico y con una temperatura del agua perfecta para desinflamar, relajar y disfrutar.
De nuevo para celebrar esta maravillosa excursión nos acercamos a cenar a Casa Esteban dónde hacen las mejores hamburguesas que jamás haya comido. A mi la que más me gusta es la doble pero la próxima vez tocará probar la triple y experimentar los placeres de esa sobredosis de hamburguesa en  mis entrañas ;-)
Al día siguiente para descansar un poquito nos quedamos de tranquis por Jaca de pintxos y vinicos y dándonos algunos caprichos en el cuerpo que la vida son dos días y hay que cuidarse un poco. 
Y para acabar rematando las farturas pues quedamos en el Conde Aznar con mis padres para celebrar que mi madre entra en el selecto club de las sexagenarias, o "cómo dice ella" con su mágnífico y picantón sentido del humor en el club de las sexogenarias. Una comida estupenda, con una tarde juntos maravillosa y una cena en la Tasca de Ana que nos supo a gloria. Desde aquí un besico grande y por muchos muchos más mamica ;-)
Un saludico y hasta la vista alpinistas

domingo, 27 de julio de 2014

Collarada ¡Pirineo al rojo vivo!

Seguimos por el Refugio de Ip y esta vez elegimos la cima de Collarada para hacerla nuestro hotel de mil estrellas y disfrutar de un Pirineo al rojo vivo con un precioso atardecer y un muy buen amanecer. La subida a Collarada desde el refugio de Ip hasta el Collado de Ip es algo penosa y sube por una canal llena de piedras que hacen que uno se alegre desmedidamente cuando consigue pillar algún nevero para volver más cómodo el paso. Desde el Collado de Ip y en media hora nos hacemos con la cima de Collaradeta y después, de nuevo poco a poco por volver a portear el peso con todas las comodidades que necesitaremos en la cima, conseguimos alcanzar el punto más alto del macizo, la cima de Collarada. Esperamos con una Ambar en la mano el increible atardecer sobre el macizo del Aspe con un mar de nubes increible en el Midi, Infiernos, Garmo y demás tresmiles de las cercanías.
Collaradeta
Cima de Collaradeta
Pala de Ip y Punta Escarra
Cima de Collarada
Comienza el festival rojo y Zelan no se pierde el momento
El sol se pone por el Aspe y el Anie a la dereca del todo
Fantástico el Midi
Felicidad máxima
Toca preparar la cama en un vivac confortable
Goodnight Mountains
Despertamos prontico después de una noche fantástica y estrellada al extremo. Las nubes no han querido subir a la cena y al despertar el día no puede estar más limpio. Una circular de 360º que impresiona. Midi, Infiernos, Garmo, Vignemale, Monte Perdido, Posets, Montañesa, Oturia, Oroel, Peña Rueba, San Juan de la Peña, el Moncayo, el Aspe... verdaderamente un lugar mágico que quedará para siempre en nuestro recuerdo. El Pirineo es un lugar salvaje, un lugar mágico y un lugar de reencuentro humano y personal.
Para acabar esta excursión de la mejor manera posible nos acercamos a la impresionante hamburguesería Casa Esteban de Jaca a deleitarnos con uno de esos manjares en forma de bocata. Con el estómago lleno esa noche en la furgo fue de descanso brutal total.
Un saludico y hasta la vista alpinistas ;-)